martes, 21 de febrero de 2012

Los perros S.XXI

En los modelos medievales de la sociedad, el común de los mortales eran el rebaño, los eclesiásticos eran los pastores que conducían el rebaño, y los soldados eran los perros que protegían el rebaño.

Ese modelo ha sido superado por las sociedades modernas, o al menos eso pensábamos muchos. En estos días estamos viendo algo que ya hace tiempo muchos decían: que no se se ha superado, sino que se ha invertido.

Hoy los perros no protegen al rebaño, lo vigilan para que no se desmande, y a la oveja que bala demasiado alto le dan con la porra para que no moleste a los pastores, que ya no son los eclesiásticos, sino los políticos apesebrados al poder. Cuando las ovejas no van por donde se les dice, la jauría de perros cae sobre ellas (como debería caer sobre los lobos) para conducirla de nuevo a la ovina servidumbre. Y no importa si son ovejas o corderos, los perros (que al final son solo eso, perros) no se distinguen por su valor y prefieren cargar contra los corderos que contra los carneros.

Por si alguien encuentra relación entre lo dicho arriba y la realidad, aquí dejo este enlace

http://www.youtube.com/watch?v=I8HMiQD5VHQ&feature=player_embedded

Y no faltan los apesebrados y apesebradas que defienden a los perros, como no podía ser menos. Son los que hacen el trabajo sucio para los nuevos pastores.

Con los de astilleros, los obreros navales y los mineros se lo piensan mucho más. Perros.

jueves, 29 de abril de 2010

C: Cocineros, sólo para dar pistas

Los cocineros son gente trabajadora, respetable y, en mi opinión, benefactores de la humanidad. Pero, siempre hay un pero, no todos los que se llaman cocineros cumplen con ese perfil tan encantador.

Están los cocineros estrella (algunos cocineros estrella), y a ellos les dedico la letra C.

Los autores de aberraciones como la "espuma de guiso de rabo de toro desestructurado" no deberían tener lugar bajo el sol. Y no es por mandarlos a la sombra de un pino, sino a la otra sombra: ¡a la trena hasta que purguen semejante pecado!

Todas las chorradas gastronómicas que nos está tocando ver son sólo un síntoma de que nuestra sociedad está enferma de consumismo y de papanatería.

Consumismo porque la búsqueda de nuevas cosas en las que gastarse el dinero (quienes lo tienen en abundancia) les lleva a reírles las gracias a todos estos tontos del fogón. Se trata de marcar diferencias entre lo que comen los ricos (los de siempre y los nuevos) y el común de los mortales.

Papanatería porque contratan unos bufones que hacen unas gracietas originales, todos las aplauden, se animan unos a otros y se quedan con la sensación de que son mejores que los demás. Si se miraran en un espejo con un poco de vergüenza torera, no se meterían en semejantes tonterías.

No hace mucho uno de los maestros de la cocina se atrevió a hablar claro. Rápidamente los apóstoles de la modernidad culinaria cayeron sobre él con una suficiencia babosa y condescenciente, sabedores del apoyo de ricos, poderosos y medios de comunicación, siempre dispuestos estos últimos a bailarle el agua cualquier cosa que les permita un titular.

Hay otra cosa. Otros momentos históricos han vivido situaciones similares (la corte de los últimos borbones en Francia y algunos periodos del Imperio Romano, por ejemplo) y siempre ha sido signo de una sociedad que decae y se deshace. Mejor dicho de una sociedad cuyas presuntas élites están en plena desintegración. ¿Será eso también ahora?

Necesitamos a la abuela de la fabada, pero en versión original. No la que abre las latas, sino la que prepara con fuego lento y auténtico cariño los platos que sus allegados o sus clientes tomarán con la plena conciencia de lo que comen, ni desestructurado ni irradiado, en un plato con un aspecto sencillo y un sabor que hace sentir el presente y apreciar el pasado de la tradición que encarna.

jueves, 18 de marzo de 2010

B: Burócratas y otros más

Reflexionando sobre este ambiciosos proyecto de dar caña a todo el que se mueva, me he dado cuenta de que hay letras que tienen más de un candidato. Si para la A los arquitectos sobresalían lo bastante como para no haber dudas, con la B no lo tengo tan claro.

Los burócratas son los primeros, pero presiento que va a haber más.

Dar caña a estos benditos de Dios es tan fácil que casi da vergüenza. Por otro lado, la fauna de burócratas es tan variada que creo que hay que especificar un poquito más para poder centrar ideas.

Así que llenos de ánimo nos lanzamos sobre los burócratas europeos, triste compensación al hecho de que ellos se lanzan sobre nosotros todos los santos días, y con una capacidad de encoñar sensiblemente mayor que estas sencillas páginas.

Esta gente está regulando nuestras vidas con tanta saña que al final no vamos ni a poder mear de pié (los varones) ni 'ajupits' (las damas), salvo que nos adaptemos a alguna norma ISO-EN-UNE. Se están sacando reglamentos, normas y leyes para todo. Cosas que se han hecho toda la vida sin problemas se vuelven peligrosas, insalubres, arriesgadas y finalmente se prohiben. Lo hemos sufrido (y lo que nos queda) en lo que se refiere a las fiestas tradicionales. Cada vez es más difícil tirar un petardo, una mascletá, correr unas vaquillas, comerse una paella en el campo. Las 'normas europeas' de seguridad, hechas por fulanos que no saben lo que es una bombeta ni un masclet, nos están jodiendo las fiestas.

Se puede argumentar que las fiestas no son algo tan importante. Discrepo, son la expresión de la ideosincrasia de un pueblo, de sus valores, de su unión con el pasado (que es una forma de decir de su voluntad de futuro). Los burrócratas esos, desearían que no tuviéramos raíces, que fuéramos mano de obra móvil (sin arraigo), dedicados únicamente a ser más productivos y a ir de la casa al curro y viceversa, y por supuesto a consumir felices como bovinos sonrientes. Es posible que lo logren, y que al final no nos quede más que decir 'que nos quiten lo bailao'. Nuestros políticos a veces se resisten, a veces siguen borreguilmente lo que es el pensamiento único que se va imponiendo poco a poco en nuestras vidas.

Aprovechando que uno viaja más de lo normal, he caído en cuenta de otra interesante manada de burócratas dispuestos a jodernos (y lográndolo): los de los aeropuertos, aerolíneas y seguridad aérea. ¡¡¡Vaya panda!!! Entre ineptos los primeros, chorizos los segundos y fantasmas los terceros, vamos arreglados los sufridos viajeros, que para más coña somos los que les damos de comer.

A los primeros se les puede echar en cara los retrasos justificados y no justificados, las informaciones nulas o falsas que nos dan, el tener cerradas puertas para conseguir que el personal se aborregue y haga colas innecesarias, el hacer todo el personal el curso 'Cómo ser desagradable y prepotente con el público', ... y no sigo, que me caliento.

Los de las aerolíneas... jeje, para darles de comer a parte. Monopolios en la práctica, o como mucho oligopolios, con los vuelos llenos y haciéndonos creer que no ganan pasta. Ellos te cambian un vuelo, te lo anulan, te lo retrasan, y en teoría tienen responsabilidades económicas... pero qué difícil es que se hagan efectivas. Cuando les pasa por la narices cambian las condiciones del contrato, los kilos de equipaje, hacen imposible el reservar un vuelo (solo se puede comprar)... la peste. Y encima luego subes y algunas compañías son un circo volante, con azafatas que parecen payasos de asustar con esa simpatía retrechera que les sobra. Menos mas que hay compañías que aun cuidan los detalles. Por citar sólo un par: Air France y Singapur Airlines (estas de las buenas, las otras mejor ni nombrarlas).

Y quedan los chicos de seguridad. ¡¡Máquinas, que sois unos máquinas!!. Los reyes del decomiso de cortauñas, perfumes, botellas de agua, licores, encendedores y demás parafernalia terrorista. Gracias a ellos el mundo es más seguro, y los pasajeros vamos más decojonaos al ver a qué dedican el tiempo. Me gustaría que se publicara una estadística de cuantos atentados han 'verosímilmente' evitado, cuantas armas (de verdad, sin contar cortauñas) han detectado, cuantos litros de agentes explosivos han visto (no contamos colonias, brandys, rones y similares). Tal vez están siendo muy valiosos, y lo que pasa es que son tan discretos que ni lo dicen. Pero me temo que esas estadísticas iban a ser muy bajitas.

Bueno, y con esta ya va bien para la B, de momento.

viernes, 30 de octubre de 2009

A: Arquitectos

Lo prometido es deuda, y vamos a empezar a dar caña por la A.

Ayyy!! Los arquitectos!! Una de las bellas artes convertida en negocio (lo cual no es malo), sometida presiones de constructores (lo cual es inevitable) y derrochando falta de sentido común (y esto si que es malo).

Ahora mismo, en estos días, estoy dando clase en una universidad situada en lo alto de un cerro, en la que los párkings están siempre a unos 40 escalones del aula más cercana. Cuando llegas a los edificios, estos son de hasta cinco plantas, sin ascensor. Obviamente sus alumnos tienen una salud de hierro, sus profesores se mantienen en forma (aunque las rodillas las tienen bastante castigadas) y no tienen problemas con los alumnos minusválidos: no los hay. Sin que se sepa por qué, se autoexcluyen y no se matriculan aquí.

Cuando llego a mi aula, descubro una puerta en un lateral. Es el aseo!!! Diréctamente dentro del aula. Al principio me extrañó y sentí rechazo por la idea, pero he llegado a la conclusión de que es una gran idea, pues genera una especie de hermandad y camaradería entre los alumnos y con el profesor. Se comparten apretones, cistitis y similares, y eso crea lazos que unen.

Alguien dirá: 'es un caso especial, los arquitectos no lo hacen siempre tan mal'. Cierto, es especial. Hay cosas peores. El otro día estuve en otra universidad cuyas aulas estaban en edificios de cuatro plantas. Tal vez para compensar el caso anterior (aseo en el aula), aquí sólo en la segunda planta había aseos. La naturaleza es sabia, y así se mantiene un promedio razonable de distancia aula-aseo.

Hace unos años nuestros protagonistas, decidieron que para llegar a los ascensores de los edificios de viviendas había que subir unos cuantos peldaños. Ancianos, madres con carritos de niños, gente con muletas, amas de casa con carritos de la compra y otras personas (que extrañamente eran usuarios de esas viviendas) se han acordado del padre del señor arquitecto casi tantas veces como de su santa madre. Dura incomprensión de los legos en esta bella arte.

Tengo un primo que trabaja en un edificio de oficinas cuya fachada sur está complétamente acristalada, y el tiene la suerte de tener su despacho justo ahí. La vista es excelente (hacia la autopista), pero un inoportuno sol ha decidido pasearse todos los días, inclusive en verano, justo frente a ese lado sur. Los desagradecidos trabajadores no han captado la grandeza del diseño, y se protegen como pueden colocando posters, papeles, cortinas... a pesar de que de cuando en cuando se les recuerda que no pueden alterar el estilo del edificio. La reflexión de que el señor arquitecto no pasa ocho horas al sol en ese invernadero, es sin duda una mezquindad lanzada desde la ignorancia.

En el edificio donde yo trabajo, a alguien se le ocurrió colocar en las ventanas del lado oeste una especie de paneles perforados, tal vez para reducir el sol que entraba por ellas. Si la intención era buena, el resultado no. Ese panel lleno de perforaciones, producía un efecto de mareo cada vez que alguien intentaba mirar por la ventana (pues no se mira y ya está, debió pensar alguien). Cuando se planteó retirar esos paneles, la defensa de la sublime obra de arte del edificio (con humedades chorreantes en sótano, inclinado hacia el norte y con un aire acondicionado con voluntad propia) supuso una delicada negociación para no dañar el estilazo del edificio. Se llegó a una solución, pero sino la radial era la respuesta a la defensa del arte. Algunos de los que viven muchas horas en el edificio tienen muy claro lo que es el arte: morirte de frió.

En mi pueblo, que es el suyo, han inaugurado después de un montón de años de obras, un puente colgante sobre el cauce abandonado del río, cauce que está unos cinco metro debajo del puente. Bueno, hacer eso es cosa de los políticos, pero el diseño del puente si que es de un arquitecto, para mas cruz del mismo pueblo, titulado de mi universidad, famoso y con nombre de orden militar. El ingenioso puente tiene la acera en el centro, en lugar de en los laterales como es habitual y más cómodo para tener, entre otras cosas, un vista sobre el jardín que hay debajo. Tal vez hacerlo así es para evitar suicidios, pero con un puente de unos 5 metros de alto, la gente tendría que tirarse varias veces para tener garantía de éxito. Las virtudes del puente siguen: las luces están a ras de suelo, y los inoportunos conductores que circulan por allí en la noche (en vez de estar en casita, como deberían) sufren un cierto deslumbramiento. Entre eso y un brusco cambio de rasante cerca de uno de los extremos hizo que en las primeras semanas tres de esos inoportunos conductores perdieran la vida en el puente, arrollados por otros vehículos medio deslumbrados que llegaban desde atrás y que al cruzar el cambio de rasante se encontraban de repente con vehículos detenidos en el semáforo del final del puente. La solución (que tengo mis dudas de que no altere la estética de la obra) ha sido colocar un presemáforo en lo alto del cambio de rasante. Queda un poco ridi, pero salva las vidas que un diseño malparido pone en riesgo.

Esto son unos botones de muestra, no se trata de hacer un catálogo completo de despropósitos (la capacidad de internet es limitada comparada con la magnitud de la estulticia humana), pero creo que valen para dar por cubierta la letra A, de arquitecto.

miércoles, 22 de abril de 2009

De la A a la Z

Puestos a dar caña al personal, ¿por qué solamente a los periodistas? (aunque desde luego se lo merecen, esta mañana en RNE1 nueva sesión de ridi-periodismo autocomplaciente, a cuenta del EGM). Hay muchas otras profesiones/colectivos que dan pie a que se hable de sus éxitos y hazañas.

Se ma ha ocurrido empezar por la A, por ejemplo de "arquitecto" y terminar por la Z, por ejemplo de "zapatero". Vamos a ver si de verdad hay para todos. Es posible que me toque hacer como en el concurso de la tele: no sólo palabras que empiecen por..., sino también palabras que contengan...

Puede ser una forma de liberar adrenalina.

domingo, 7 de septiembre de 2008

Ridi-periodismo

La sociedad en la que vivimos tiene como uno de sus grandes valores (y virtudes) la libertad de información y de prensa. Esa libertad es sin duda una garantía para la democracia, entendida en su sentido más profundo y no sólo como un sistema de elecciones periódicas de candidatos a manejar la cosa pública.

Pero (tenía que llegar el pero, cuando se empieza hablado bien de algo o de alguien siempre llega un pero), pero el sistema tiene un factor de contaminación muy importante, creado por otro componente de nuestra sociedad: el capitalismo. La prensa, el periodismo se ejerce la mayor parte de las veces en empresas privadas, con legítimo ánimo de lucro, y ese ánimo de lucro causa comportamientos que se salen del Periodismo para entrar en el Ridi-periodismo. Además, por mimetismo, estos comportamientos llegan a afectar incluso a empresas sin ese ánimo de lucro 'justificador', como son las cadenas públicas de televisión y radio. Resumiendo: no se salva nadie de la práctica feliz y entusiasta del Ridi-periodismo.

¿Cuándo y dónde podemos ver ejemplos de este modo de trabajar?. Pues casi a diario y casi en cualquier cadena de radio y sobre todo de televisión. La prensa escrita parece resistir mejor este virus. Veamos algunos ejemplos.

Una cadena consigue, vía el pago de cifras astronómicas, la exclusiva de la Fórmula 1, o de la Champions League o de las carreras de motos. A partir de ese momento en esa cadena parece que sólo existiera ese deporte y simultáneamente en las demás parece que dejara de existir casi por completo. Y no hablo de las retransmisiones, que son lo que corresponde a la 'exclusiva', sino tambien a los noticiarios e informativos. Ridículo. El sufrido ciudadano debe enterarse del futbol en una cadena, de las motos en otra, del tenis en otra, de los coches en otra... y en todas a la vez.

Otro caso, sin el eximente de las 'exclusivas': los datos del Estudio General de Medios, es decir los informes oficiales de niveles de audiencia de cadenas y programas. En este mundo de empresas que alardean de ofrecer, todas, un información veraz y objetiva a los espectadores-oyentes, ¡cada cadena da sólo sus datos! Y por supuesto sólo sus buenos datos. Te enteras de que uno es el que mas ha subido, otro el que mas cuota tiene a la media noche, otro líder en infantiles, ... pero ninguno tiene el coraje de poner un simple tablita con resultados de todos, no sólo suyos. Ridículo. Yo siempre termino pensando que es que en el fondo les va mal a todos y por eso lo esconden.

Parecido es el caso de los premios de radio o televisión que de cuando en cuando se entregan. Si una cadena ha obtenido el segundo premio en programas gastronómicos lo dirá hasta la saciedad, entrevistará al chef responsable, lo tendremos (muy apropiado) hasta en la sopa. Pero no podremos saber, salvo que hagamos una persecución de los noticiarios de las distintas cadenas, quien fue el primero, y el segundo, y en qué categorías. Nuevamente, ridículo. Tampoco aquí les alcanzó el cacúmen, la veracidad y la objetividad para hacer la tablita.

No sigo por no ponerme pesado. Me parece que son cosas fáciles de arreglar, sin tener que invertir más que en dos capítulos: Honestidad y Profesionalidad. Dicho queda.

jueves, 24 de julio de 2008

En la graduación de Ingenieria de la U de Ibagué

Buenos días.

Para mi es todo un honor esta aquí, en esta Universidad a la que ya aprecio como mía.

En un día especial para Vds y sus familias, mis palabras han de ser de felicitación por el logro alcanzado. Junto a esta felicitación unas reflexiones que les ayuden a valorar el momento y la responsabilidad a la que están accediendo.

¿Qué les voy a decir yo, que no les hayan dicho o que Vds mismos no hayan meditado ya? En todo caso aquí van algunos consejos:

Sean honestos. Con la empresa para la que trabajen, con sus compañeros y subordinados, con sus competidores (si, también con ellos) y con toda la sociedad. Esa honestidad incluye cosas obvias, como respetar la ley, y otras no tanto, como reconocer sus límites, respetar el entorno, favorecer el desarrollo sostenible, valorar y respetar a colegas y subordinados o tener una conducta ética.

Trabajen duro. Abrirse paso no es fácil. La clave del triunfo, el la mayoría de los casos, pasa por tres acciones: trabajar, trabajar y trabajar.

Sean ambiciosos. No son menos que nadie, de ninguna parte. Luchen por mejorar su vida, su empresa, la sociedad y el entorno. Se pueden hacer muchas cosas si se tiene la voluntad, el conocimiento y se aprovecha la oportunidad.

Trabajen en equipo. Los tiempos de los lobos solitarios han pasado (si es que alguna vez han existido). Asóciense, pero elijan bien a sus socios. No hay nada más satisfactorio que compartir proyectos, esfuerzos y logros. Donde quiera que Vds vayan a desarrollar su trabajo deberán contar con los demás.

Sean cuidadosos en su trabajo, sobre todo en sus primeros trabajos. Dicen que se puede vivir sin prestigio, pero no desprestigiado. No sean timoratos, pero sean conscientes de sus límites, y sean conscientes del valor de los demás. Es normal que al entrar a una empresa desconocida, sobre todo en sus primeros empleos, cualquier trabajador veterano sepa más que Vds, y algunos disfrutarán haciéndolo notar. No pasa nada: trabajen bien y se ganarán el respeto de todos. Sean rigurosos en su trabajo, técnica y científicamente coherentes y el tiempo les pondrá en el lugar que merecen.

Esfuércense por conservar su competencia profesional. Las tecnologías, tanto duras como blandas, con las que Vds van a lidiar, están sujetas a cambios permanentes, a veces acelerados, a veces más tranquilos, pero continuos. En este sentido, mantengan el contacto con la Universidad, en ella encontrarán formación avanzada, pero también especialistas cualificados con los que buscar nuevas soluciones a nuevos problemas.

Mantengan el contacto con sus compañeros de estudios. Son sus aliados naturales, quizás también sus competidores, pero pueden ayudarse mutuamente y salir todos beneficiados.

Y por último, disfruten de la vida. No todo es trabajo. Sus primeros años serán duros, hay que poner toda la carne en el asador y hacer todas las horas que haga falta. Pero eso no significa que deban sacrificarlo todo por su profesión. Encuentren tiempo para los amigos, para la familia (la actual y la nueva que seguramente crearan en pocos años) y para su propio disfrute. Ese equilibrio les hará mejores profesionales.

Puede parecerles que aquí termina algo, pero están casi equivocados. Hoy no termina nada. Más bien hoy es el comienzo de muchas cosas. Este es un año olímpico, y eso nos pone un símil muy a mano: hoy completan su entrenamiento, a partir de ahora comienza la olimpiada en la que van a competir y disfrutar muchos años, si Dios quiere.

Enhorabuena y adelante.